Opinión: El buen hacer, el buen construir

© Guillermo Hevia García

Cuando miramos un edificio construido hace algunos años, podemos ver inmediatamente, independiente de su estrato económico,  una buena calidad en  construcción y calidad de los espacios que va más alla de su forma, detalles u ornamentación.

Valores como una altura no inferior a los 2.80 metros, el uso de materiales nobles como piedra, madera o albañilería, un espesor de muros superior a los 25 – 30 cms. o sistemas de madera para puertas y ventanas, son los comunes denominadores que parecen desaparecer en la gran mayoría de las construcciones actuales, donde la aparición de nuevos materiales artificiales, la perdida de la calidad de la mano de obra, una exagerada búsqueda de lo barato y la construcción en los mínimos tiempos parecen ser los nuevos reemplazantes.

Lo primero que vemos cuando analizamos estos valores, es que lo que prima no es la forma en la cualidad del espacio, sino que la calidad del mismo. Una buena construcción no solamente tiene un valor estético, sino que es buena y sustentable.

© Guillermo Hevia García

Esta buena construcción implica costos de mantención muy inferiores a los de la construcción actual, precisamente, porque la calidad de los materiales es tal, que tienden a no fallar en el tiempo y aseguran una excelente vejez.

© Guillermo Hevia García

La buena construcción permite tener construcciones con una excelente calidad térmica, temperadas en invierno y frescas en verano, lo que implica una importante reducción en calefacción y climatización. Los sistemas en puertas y ventanas de madera y metales nobles, permiten mecanismos de larga duración y resistentes a cualquier manipulación.

Finalmente estos valores decantan en una cualidad espacial y lumínica única, que se ha perdido muchas veces en la construcción actual.

© Guillermo Hevia García

La perdida de la calidad constructiva y espacial de los edificios actuales se debe muchas veces, al desarrollo y aparición de nuevos materiales artificiales y de muy inferior calidad, donde si bien pueden implicar una mayor economía inmediata, su sustentación a largo plazo y el soporte espacial que ofrecen es infinitamente inferior.

Se han llevado las alturas y los espesores de muros al mínimo, se ha reemplazado la albañilería por tabiques compuestos de madera de mala calidad y revestimientos de fibrocemento o zinc. Los pisos de madera o piedra han sido reemplazados por cerámicas o pisos flotantes en los mejores casos. La albañilería y estucos han sido reemplazadas por planchas de yeso cartón o trupán.

© Guillermo Hevia García

Hoy el valor que se busca en la construcción no es la realización de una construcción de calidad, sino que una barata y rápida, se tiende a la inmediatez y el beneficio económico, en lugar de tener una mirada a largo plazo centrada en hacer una inversión.

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Sobre este autor/a
Cita: Guillermo Hevia García. "Opinión: El buen hacer, el buen construir" 07 jun 2012. ArchDaily en Español. Accedido el . <https://www.archdaily.cl/cl/02-162384/opinion-el-buen-hacer-el-buen-construir> ISSN 0719-8914

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