Se trata de una piel construida por una malla de acero inoxidable la cual sostiene distintas hojas fotovoltaicas capaces de generar energía solar. Inspirada en cómo crece la hiedra, esta malla es flexible, puede adaptarse a distintas formas y montarse sobre cualquier tipo de estructura.
Solar Ivy y SMIT, su compañía creadora, sólo utiliza materiales reciclados y reutilizados, que a su vez se pueden recuperar al final del ciclo de vida. Solar Ivy integra las tecnologías fotovoltaica y piezoeléctrica -capaz de generar energía a través de un sistema mecánico utilizando diversos cristales- adaptándose a cualquier orientación y superficie. Además proporciona una sutil sombra, mejorando notablemente la confortabilidad y el comportamiento térmico del edificio.