El proyecto se encuentra en un terreno estrecho y alargado en la zona de San Isidro, Lima. Decidimos crear una tercera fachada lateral para lograr incorporar luz natural a la mayor cantidad de espacios de la casa. Esta calle recorre longitudinalmente el proyecto desde el ingreso hasta el jardín posterior a través de ésta. Trabajamos un tema de interés para la oficina y es el de generar un recorrido previo, y una transición del espacio público al privado antes de acceder a la vivienda. En esta calle se desarrollan momentos y relaciones espaciales. El diseño procura adelgazar el límite entre los espacios interiores y exteriores que se dan en la calle, dado el clima benigno de nuestra ciudad a lo largo de todo el año. Un puente atraviesa desde el ingreso hasta el hall exterior donde se ubica el acceso a la vivienda propiamente dicha. La perspectiva de la calle se fuga a través del espacio de la terraza para rematar en la piscina-jardín. Los espacios internos mantienen una relación fluida, y nuevamente trabajamos con el concepto de relacionar entre el interior- exterior. Por ejemplo, una mampara lateral que puede abrirse en su totalidad separa la sala de la terraza que están siendo albergadas por el mismo techo.
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