Nos encontramos en el
desierto de Tabernas, en Almería, en un valle famoso entre cinéfilos por ser
escenario de cientos de películas, desde clásicos como Lawrence de Arabia o Cleopatra
y míticos westerns como Por un Puñado de
Dólares, hasta éxitos recientes como 800
Balas, Camino o La Posibilidad de Una Isla.
Uno de los retos del
proyecto es intervenir en ese paisaje mítico estableciendo un dialogo, pero
manteniendo la vigencia de las viejas ficciones. Construimos un oasis en el
cual puedan descansar los actores principales de la película, pero sin cortar
el tiro de cámara.
Los espacios de nueva
construcción son discretos, invisibles, camuflados entre los bancales, bajo la
tierra, tras los enormes pinos. Las habitaciones y el estudio de pintura de la
propietaria se funden con el terreno, construidos bajo una colina artificial
que se cubre de flores. En el corazón de la colina está el dormitorio. Entre
los bancales aparece una alberca blanca, larga y estrecha, que sirve como
piscina de natación. Bajo el nivel de la piscina hay un rincón de sombra con
una mesa de mármol donde refugiarse del calor de agosto.
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