Mapa de recursos:
El
proyecto arranca desde la pequeña escala del material, con la premisa de
utilizar el mínimo de recursos importados posibles y así conseguir dos
objetivos, por una parte reducir la huella ecológica reduciendo el “mapa de
recursos” y por otra ubicar la construcción en un contexto mucho más amplio que
el físico; el económico y el cultural. De esta forma, los pocos elementos que
están disponibles en la isla y que no dependen de importaciones son los
producidos por el sector de los prefabricados de hormigón. Desde la
implantación del bloque de hormigón como elemento base de la construcción en
Mallorca, se ha creado una floreciente industria de pequeños fabricantes que
utilizando áridos locales manufacturan una gran abanico de pequeñas piezas tan
características de las zonas residenciales desarrollistas de la década de los
‘70, como el barrio en el que se ha construido el centro. Es pues, un ejercicio
que explora las capacidades plásticas a la vez que “pone en valor” los
elementos comunes utilizados en la arquitectura verdaderamente popular y que no
gozan del ”estatus” de otros materiales. La fachada se ha realizado con
“bloques alemanes” de la empresa Palerm, y en su manufactura sólo se han
utilizado áridos de una gravera a menos de 5Km . Ésta quiere ser un test 1:1 de
las posibilidades intrínsecas de los pequeños prefabricados de hormigón
disponibles en la isla.
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