El cliente de este proyecto era un joven ejecutivo de publicidad y un gran coleccionista de cómics. Quería vivir en un ambiente fresco, luminoso y tranquilo. El departamento original difería bastante de este objetivo; era ruidoso, de geometría confusa, compartimentada y retorcida. Constaba de 6 habitaciones en un espacio que no superaba los 60 m2. El hall de acceso tenía solo 5 m2 y tenía 7 puertas diferentes. El nuevo diseño ofrece un departamento amplio y continuo, que se vuelve más complejo o denso dependiendo de las funciones o usos a los que está destinado el espacio. La mayoría de las funciones son acogidas en la geometría del muro. Las paredes cuentan con una serie de nichos y cavidades para albergar la extensa colección de comics, un bar, un baño, el closet, y así sucesivamente. La parte frontal de cada figura, mantiene su volumen negativo al reverso. Las cavidades pueden ir acogiendo distintos objetos, transformados en un muro de recuerdos, historias, que se renueva en el tiempo.
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