Víctor Pimentel Gurmendi: "La restauración de monumentos es una vocación mística"

Con el entusiasmo y sencillez que caracterizan a un maestro, el arquitecto peruano Víctor Pimentel Gurmendi nos concedió una entrevista donde nos narra los principales aportes de su obra pionera en la restauración de monumentos en Latinoamérica. Redactor de la carta de Venecia en el año 1964, asistente en la restauración del Coliseo Romano y el Foro Romano, ganador del Hexágono de Oro en 1970, reconocido artista plástico y profesor del primer curso de Restauración de monumentos en el Perú: Su inagotable labor como defensor del pasado milenario se percibe en el fervor con el que interpreta cada una de sus palabras,en un mensaje que inspira a la nuevas generaciones con su ejemplo. Lee la entrevista después del salto.

¿Cuáles son las consideraciones principales que ha tenido al momento de intervenir un inmueble patrimonial?

En primer lugar, es importante destacar lo esencial: un restaurador o conservador de bienes o inmuebles culturales debe tener una sólida formación técnico científica. Sin esta formación, el profesional no puede intervenir un monumento, debería estar prohibido. En segundo lugar, procedo a describir la parte metodológica de cómo se debe conformar este profesional: Inicialmente, se deben tener condiciones para respetar y comprender los procesos históricos que se han dado a lo largo del tiempo en el monumento a intervenir. Se debe ser un crítico de arte para apreciar los valores artísticos del mismo y saber valorarlos. Por otro lado, además de los conocimientos en estética, se debe tener también una formación en estática. Se debe ser humilde, modesto y ser rebelde cuando se requiere, en el buen sentido de la palabra y con motivos. El que se dedica a la disciplina de la investigación, conservación, restauración y puesta en valor del patrimonio cultural debe tener una vocación mística, basada en el respeto a lo que han hecho los antepasados de manera anónima. Se debe propiciar una labor honesta en el amplio sentido de la palabra: no se debe imitar al pasado, pues es la negación del mismo.

Durante la estadía en Italia. Image Cortesía de Giancarlo Enriquez

Cuando regresé de estudiar de Italia en 1960, tuve que luchar contra una generación que pensaba que los monumentos viejos debían ser demolidos por su estado decadente y se buscaba construir otro en su reemplazo para que durara más. Durante esta época viajé a Cusco y me dí con la sorpresa de que se estaba iniciando la demolición de la casa del Inca Garcilaso de la Vega, el más ilustre cronista mestizo peruano. Logré paralizar esta obra y tuve que enfrentarme en debate a uno de los arquitectos más respetados de la época, Emilio Harth Terré, quien tenía a su cargo el nuevo proyecto a construirse en este terreno. Luego del segundo fórum, el arquitecto toma la palabra y dice en voz alta: "Señores, yo retiro mi proyecto y apruebo el proyecto de restauración del joven arquitecto Pimentel". Que un maestro de la categoría de Harth Terré llegue a esa conclusión no es común en nuestro medio, y es una de las distinciones más nobles de mi vida profesional.

Restauración de la Casa del Inca Garcilaso de la Vega en Cusco. Image vía Repositorio PUCP

Tengo entendido que la cátedra de Restauración de Monumentos que instauró en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes de la UNI fue la primera en Latinoamérica. ¿Cuánta importancia ha tenido su labor como docente en el desarrollo de su obra?

A mi regreso de Italia y por iniciativa del decano Fernando Belaúnde, se instauran paralelamente la primera Oficina Técnica de Monumentos y la cátedra de Restauración de Monumentos. Este último, curso obligatorio en el último año de la carrera de arquitectura, pues requería de conocimientos en tecnología de la construcción, urbanismo, historia, arqueología y mucho más. Por azares del destino, la UNESCO me elige también como uno de sus consultores en este campo y me envía a Churubusco para dictar el primer curso de Restauración de Monumentos en México. Resulta para mí un privilegio haber iniciado estos cursos en los dos países donde había virreinato y en donde se encuentra un patrimonio cultural inmenso. Tengo muy buenos recuerdos de esta época, sobre todo cuando iba con mis alumnos de visita a los monumentos. Aquellos estudiantes durante la década de 1970 son ahora autoridades en restauración de América Latina, desde México hasta Chile, y estamos en comunicación constante.

Durante una clase magistral. Image Cortesía de Archivo Victor Pimentel

¿Cuál considera ha sido su mayor aporte a la labor en la defensa y conservación del patrimonio inmueble?

Considero que el haber ejecutado importantes proyectos de restauración es uno de mis grandes aportes, aunque no es necesariamente el mayor. Puedo citar algunas obras destacadas: la Fortaleza del Real Felipe en el Callao, la casa de Osambela en Lima, la casa de Garcilaso y el Palacio del Almirante en Cusco, los restos de Zaña en Lambayeque y la estación ferroviaria de Tacna (que funciona actualmente como museo ferroviario nacional). He tenido el privilegio de hacer proyectos no sólo en varias regiones del Perú sino también de América Latina, como parte de mi labor como consultor de la Unesco y la OEA. 

Restauración de la Casa del Palacio del Almirante en Cusco. Image Cortesía de Archivo Victor Pimentel

Mi mayor logro, sin embargo, trasciende el aspecto de la recuperación del patrimonio monumental: está en el haber creado conciencia en miles de personas de Brasil, Argentina, México, Guatemala y Perú sobre la necesidad de recuperar con dignidad, veracidad y autenticidad los monumentos que hemos heredado del pasado. Hacer que muchos arquitectos en Latinoamérica tengan un respeto por el patrimonio, ya no lo destruyan como antes de la década de 1960, cuando era hasta sinónimo de progreso destruir lo antiguo para reemplazarlo por lo nuevo.

Esta ocupación va más allá de restaurar muros, bóvedas, paredes y pisos: me interesa sobremanera lo que concierne al ser humano y la dignificación de su hábitat. Mi labor en este aspecto se reconoció con el otorgamiento del Hexágono de Oro en la Primera Bienal de Arquitectura Peruana, concedida a la obra de restauración de la casa del Inca Garcilaso de la Vega en el Cusco. Entre otras distinciones destaco el título de Profesor Emérito de la Universidad Nacional de Ingeniería, reconocimiento muy especial debido a que me otorgaron esta alta condición junto a quien fuera mi maestro y decano, el arquitecto Fernando Belaúnde Terry.

¿De qué manera han influenciado sus dotes como artista plástico en el desarrollo de sus proyectos?

El hecho de haberme preocupado por la investigación y restauración de obras de arte de todos los siglos, sobre todo visitando los museos y galerías de arte en Europa, me ha enriquecido de tal forma que mi actuar profesional en la conservación de monumentos se ha desenvuelto con un respeto mucho mayor hacia mis antepasados. No ha pasado que mi obra pictórica o mi creatividad hayan influenciado en mis proyectos, han sido las obras de arte de otros ilustres artistas de todas las épocas las que me permitieron saber ver con profundidad o, como decía Bruno Zevi, saber vedere. Todos tenemos ojos para ver, pero no todos sabemos ver en profundidad: podemos mirar pero a veces no vemos. 

Composición. Image Cortesía de Giancarlo Enriquez

¿Qué mensaje brinda a las nuevas generaciones que buscan la continuación de su trabajo?

Que traten -porque es difícil- de ser buenos profesionales en un sentido integral: como personas y en el desempeño de su ejercicio profesional. Que intenten hacer sus obras con amor, pasión, entrega y no solo para ganar dinero, que es necesario en la vida, pero no fundamental. Que actúen siempre con sapiencia, bondad y humildad para vivir con dignidad. Estas cualidades determinan en el ser humano una suerte de felicidad integral y riqueza espiritual que, para mí, es la mayor. Mi mensaje va dirigido a la totalidad de los colegas pero sobre todo a los jóvenes, a quienes admiro por ser la esperanza de un futuro mejor.  

Estudio de Víctor Pimentel Gurmendi. Image © Fabio Rodríguez
Sobre este autor/a
Cita: Fabio Rodríguez Bernuy. "Víctor Pimentel Gurmendi: "La restauración de monumentos es una vocación mística" " 03 dic 2015. ArchDaily en Español. Accedido el . <https://www.archdaily.cl/cl/778182/victor-pimentel-gurmendi-la-restauracion-de-monumentos-es-una-vocacion-mistica> ISSN 0719-8914

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