La desigualdad es ELEMENTAL: conjeturas ideológicas para una crítica a Quinta Monroy

En esta oportunidad el Colectivo ARKRIT nos presenta tres hipótesis que podrían dar estabilidad y sustentar la posible lógica liberal en que se inscribe el proyecto Quinta Monroy de la oficina ELEMENTAL, frente a la realidad actual que vive el conjunto de viviendas sociales después de 15 años de haber sido construido y que, abre la pregunta ¿logró este proyecto dar solución a la desigualdad en Chile?

‘País de contrastes’, por lo menos eso sostiene el dicho popular entre los chilenos. Un país donde la desigualdad de ingresos es una de las más alta de la OCDE, donde existen comunas (ayuntamientos) con más de un millón de habitantes que no tienen hospital, donde las cadenas de farmacias se coluden para manipular los precios, donde está la mayor cantidad de m2 de centros comerciales por persona de Latinoamérica, donde un presidente en ejercicio declara que «la educación es un bien de consumo», esa educación universitaria con unos de los aranceles más caros de la OCDE, tanto así que hasta la Presidenta del FMI admite necesarias reformas para dar más inclusión, equidad y cohesión a un tejido social híper deteriorado por el consumismo, el clasismo y tantos otros males.

El milagro chileno promovido por los Chicago boys durante los años 1980, y reafirmado por los cuatro gobiernos de la coalición de centro izquierda que gobernó el país al volver a la ‘democracia’, ha tenido consecuencias potentes y profundas en la vida social del país. Políticas sociales ampliamente aplicadas por países del hemisferio norte con sistemas sociales de libre mercado muy asentados, pero con enfoques sociales, en Chile son consideradas como propias de un comunismo acérrimo. Esa condición “ultra” de nuestro sistema socioeconómico tardo-capitalista, en la cara más dura, es llevada por el sociólogo Pablo Torche [1] a una dimensión infinitamente peligrosa cuando sostiene que en las últimas cuatro décadas la mutación y absorción del modelo se ha producido dentro de las personas:

Quinta Monroy / ELEMENTAL. Image © Cristobal Palma / Estudio Palma

 «El mayor cambio de la sociedad [chilena] no es el de un cansancio ante el sistema de mercado, sino por el contrario, el de una creciente introyección de las lógicas de mercado en todas las esferas de la vida social, lo que ha conducido también a una descarnada privatización de las personas».

Quinta Monroy antes del proyecto de ELEMENTAL. Image Cortesía de Ninoska Nazor

Es este el contexto que recoge Elemental S.A.[2], quienes desde el pragmatismo argumental e ideológico [3] y con una potente presencia y gestión mediática, logran articular intereses públicos y de empresas privadas para dar una ‘solución’ habitacional al problema de la vivienda social en Chile.

© Cristóbal Palma

Veremos a continuación tres conjeturas que podríamos articular como una mesa de tres patas para dar estabilidad y sustentar la posible lógica liberal en que se inscribe el proyecto de Quinta Monroy.

Acceso a un bloque de viviendas sociales en la periferia de Santiago. Image Cortesía de Ninoska Nazor
Acceso a Quinta Monroy en la actualidad. Image Cortesía de Ninoska Nazor

El primer apoyo de la gestión para configurar este proyecto es limitar el problema arquitectónico a la mitad. Bajo un reduccionismo del caso a dinero por m2, ELEMENTAL concluye que, ante la ausencia de financiación por parte del estado, no es posible dar 80 m2 de calidad, por lo tanto, la solución es dar la mitad. Sí, solo la mitad, como un médico que decide dar la mitad de un tratamiento contra una enfermedad; la otra mitad dependerá del emprendimiento y esfuerzo de los más pobres, que en rigor no tienen para comprar ni un metro cuadrado. Esta es la lógica de actuación que derivan las circunstancias, que ciertamente superan a ELEMENTAL, pero esta lógica busca hacer responsable al desamparado de su propio desamparo y futuro, así el individualismo de la sociedad del capitalismo tardío expía sus culpas y las transfiere a los necesitados.

Vista de Quinta Monroy en la actuaidad. Image Cortesía de Ninoska Nazor

El segundo apoyo está en la jugosa lógica que precede al personaje Kasper Hauser, ese supuesto hijo de rey que viviendo encerrado toda su vida, aprehende y limita su mundo a lo poco que conocía, por total ignorancia de experimentación y conocimiento satisface sus anhelos sólo con un plato de comida, agua y un caballo de juguete. En el caso de la Quinta Monroy los autores-gestores del proyecto hacen participe a los beneficiarios en procesos de participación ciudadana, compartiendo las decisiones proyectuales con ellos. Así, el peso del resultado queda blindado a cualquier reparo posterior, pues es el habitante quien ha definido su propio proyecto. Entonces ¿Cómo negar el acierto a algo que ya no es responsabilidad del arquitecto, si no resultado de procesos de participación, donde los que no saben nada de arquitectura asumen como propias las decisiones de los que sí deberían saber y responsabilizarse de ellas? Es un paso esencial para transformar a los “habitantes” en “responsables”, reduciendo los posibles reparos de recibir la mitad de una solución y concientizando a los futuros usuarios de las bondades de lo ofrecido.

Vista de un espacio colectivo en la actualidad. Image Cortesía de Ninoska Nazor

El tercer apoyo del proceso es ignorar y no actuar considerando el crono-topos Bajtiano, es decir, obedecer a una lógica instantánea: lo que se fotografía queda impreso y el devenir en el tiempo ya no es responsabilidad o interés de los arquitectos. Ese aireado contraste de volúmenes y vacíos que muestran las fotografías del proyecto recién acabado son lo necesario para sugerir una calidad espacial, poco importa que por responsabilidad del autor (o de los habitantes, pues han estado en procesos de participación ciudadana y ellos han decidido) algunas viviendas queden sin privacidad en sus patios traseros al tener la otra vivienda encima, que al ser el usuario quien deba ‘completar’ la vivienda transforme, como le han sugerido, esos vacíos en algo similar a los bloques de vivienda social que entregaba el estado chileno en la segunda mitad del siglo XX. Ya poco importa que el arquitecto deba ser, como ha dicho el propio Aravena, «Un maestro de las consecuencias de la forma».

Vista de un espacio colectivo de Quinta Monroy en la actualidad. Image Cortesía de Ninoska Nazor

El estado actual de Quinta Monroy, sobre todo de los espacios exteriores, contrasta a las imágenes digitales elaboradas por los arquitectos donde la vida en comunidad se desarrollaba pulcra y respetuosamente, donde las ampliaciones eran unas pocas y la itinerancia de llenos y vacíos permanecía. El tiempo y la realidad han cobrado. Los cuatro espacios colectivos prácticamente no existen, ahora son centros de acopio, estacionamientos o extensiones improvisadas de las viviendas. Los espacios vacíos entre residencias ya no están. Las cosas y casas se amontonan, falta espacio, falta privacidad, falta dignidad y vuelve a faltar calidad. Más allá de la ausencia de normativas que ayuden, todo retorna a ser como antes y cuesta trabajo suponer que ELEMENTAL no fuese capaz de prever que pasaría lo que siempre ha pasado.

Si estas tres conjeturas no lo son tanto, estamos frente a un proyecto que paradójicamente reproduce lo que dice intentar combatir, produce desigualdad al considerar a los habitantes de esas viviendas, como seres de otra clase social y destino, que pueden vivir en casas a medio terminar, sin privacidad y en entornos altamente deteriorados. Que, además, y sarcásticamente, reproducen ese deterioro [4]. Pareciera ser que ya todo es visto bajo la lógica introyectada que argumenta Torche, y que justifica la académica Lucía Santa Cruz [5]:

Vista de un patio trasero de una vivienda en la actualidad. Image Cortesía de Ninoska Nazor

«…la premisa fundamental de que la pluralidad, la diversidad, incluida la desigualdad en muchas de sus formas, son elementos constitutivos esenciales de la sociedad moderna basada en la libertad y autonomía de los individuos. En este sentido, las distintas expresiones de toda índole que conviven en la sociedad no son vistas exclusivamente como fuentes de potenciales desintegraciones sociales, sino valoradas en su legitimidad como manifestaciones enriquecedoras de la vida social y garantía de la libertad de las personas».

Referencias

[1] TORCHE, PABLO. Por qué no obtienen aprobación las reformas del Gobierno: la falta de un discurso de izquierda. Diario El Mostrador, Chile, 15 de Agosto de 2015. http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2015/08/05/por-que-no-obtienen-aprobacion-las-reformas-del-gobierno-la-falta-de-un-discurso-de-izquierda/.

[2] La muy galardonada empresa Elemental se define de la siguiente forma: «Elemental S.A. es una empresa asociada a la Compañía de Petróleos de Chile COPEC y la Pontificia Universidad Católica de Chile. Nuestra fortaleza es la innovación y calidad en el diseño de proyectos de interés público e impacto social, para lo cual contamos con un equipo altamente capacitado en el desarrollo de iniciativas complejas que requieren tanto de la coordinación de actores públicos y privados como de procesos participativos de decisión. Operamos sobre la ciudad y su capacidad de generar riqueza y calidad de vida. Entendemos nuestros proyectos de vivienda, infraestructura, equipamiento y espacio público como una oportunidad para llevar los beneficios de la ciudad a todos.»

[3] Pragmáticos porque recubren un discurso profundamente tardo capitalista y pop, para la autocomplacencia del sistema, con una mediática y sazonada cubierta de preocupación ética y social. Por otro lado, quien siga con mediana atención el discurso del propio Alejandro Aravena a lo largo del tiempo podrá reconocer la variabilidad y acomodación, según las circunstancias, de sus argumentos. Recuerda lejanamente la polisemia y ‘flexibilidad’ argumental de Rem Koolhaas.

[4]Quizá lo más impactante es que, a pesar de todo lo dicho, el proyecto es una mejora en las condiciones de vida de esas personas, conviene imaginar entonces como vivían antes de.

[5] SANTA CRUZ, LUCÍA. Reflexiones en torno a la desigualdad en Chile. Revista Perspectivas en política, economía y gestión. Vol. 2 número especial. 1999, 495-517.

Este artículo fue originalmente publicado el 28 de noviembre de 2015 en el blog de ARKRIT, Grupo de Investigación perteneciente al Departamento de Proyectos Arquitectónicos de la ETSAM de Madrid que se dedica al desarrollo de la crítica arquitectónica entendida como fundamento metodológico del proyecto. Lee más de sus artículos aquí.

ELEMENTAL y su tipología de vivienda "A medio terminar": un éxito en toda situación

Desde que desarrollaron su tipología para el proyecto Quinta Monroy en Iquique, Chile, la casa a medio terminar se ha transformado en una firma para ELEMENTAL: han utilizado la técnica en múltiples ciudades de Chile, así como su proyecto de vivienda en Monterrey, México.

Sobre este autor/a
Cita: Fabián B. Di Giammarino. "La desigualdad es ELEMENTAL: conjeturas ideológicas para una crítica a Quinta Monroy" 10 abr 2018. ArchDaily en Español. Accedido el . <https://www.archdaily.cl/cl/891344/la-desigualdad-es-elemental-conjeturas-ideologicas-para-una-critica-a-quinta-monroy> ISSN 0719-8914

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