La locura de un estilo arquitectónico vetado por el gobierno de Estados Unidos

Este artículo fue originalmente publicado en Common Edge.

Pensar la arquitectura a partir de su papel tapiz cívico, con etiquetas "tradicionales" y "modernas" vistas como criterios para emitir juicios morales, es una tema que se ha debatido durante un siglo por los fieles creyentes de esta polaridad. Sin embargo, esos temores encontraron una voz fresca estos últimos días.

Architectural Record ha publicado un artículo pidiendo una revisión de la orden "Principios rectores para la arquitectura federal", emitida por primera vez en 1962. Según Record, la nueva orden garantizaría que "el estilo arquitectónico clásico sería el predeterminado" para edificios federales nuevos y remodelados. Habría un nuevo "Comité del Presidente para la remodelación de la arquitectura federal".

Desde que Justin Shubow (Presidente de la Sociedad Nacional de Arte Cívico) fue nombrado por la Administración Trump en 2018 para la Comisión de Bellas Artes de los Estados Unidos, en la arquitectura se había experimentado la sensación de que la política se estaba convirtiendo en estética. Esta noticia fue recibida positivamente por parte de algunos y con miedo por parte de otros.

La reacción al artículo de Record fue rápida. La AIA declaró: “La AIA se opone firmemente a los mandatos de estilo uniforme para la arquitectura federal. La arquitectura debe diseñarse para las comunidades específicas a las que sirve, reflejando los diversos lugares, pensamientos, culturas y climas de nuestra rica nación. Los arquitectos se comprometen a honrar nuestro pasado, así como a reflejar nuestro futuro progresivo, protegiendo la libertad de pensamiento y expresión que son esenciales para la democracia”. El New York Times señala que la nueva orden "desacreditaría explícitamente algunas formas modernas de arquitectura... a favor del diseño clásico".

En su ensayo "Por qué Estados Unidos necesita arquitectura clásica", publicado en City Journal, el crítico Catesby Leigh menciona que los "Principios rectores deberían reescribirse para afirmar que el clasicismo es el 'estilo oficial' del gobierno". No todos los edificios nuevos tienen que ser clásicos, pero este debería ser el lenguaje predeterminado que fomente una arquitectura federal legible y simbólicamente resonante".

Karen Nutini, United States Treasury Building. Imagen vía Shutterstock

Por otro lado, el blog Failed Architecture declaró: “Claramente se está produciendo una reacción en contra la arquitectura del Movimiento Moderno, dirigida por voces conservadoras y miembros de la Nueva Derecha. En lugar de las innumerables contribuciones del Movimiento Moderno, se nos ofrecen encarnaciones mitológicas fantásticas, o más comúnmente, un neoclasicismo revivido como una alternativa conservadora."

En momentos de la feroz polarización que ha traído la era de Trump, este radicalismo estético se adapta perfectamente al espíritu de la época. La cultura, sin embargo, no es religión, pero las dos se han combinado en nuestro pasado. Los puritanos sabían que la cultura británica no era la suya, ya que los extremos radicales de la Reforma abrumaron la tolerancia relativa de la iglesia estatal de Inglaterra (el anglicanismo), hasta el punto de que esos reaccionarios pusieron en peligro la vida para hacer de su religión y su cultura el Nuevo Mundo.

¿Son puritanos los arquitectos? A pesar del hecho de que Architectural Record ha dejado de publicar cualquier casa que no sea "moderna" en su edición Record Houses durante una generación, la editora en jefe de Record, Cathleen McGuigan citó las palabras del senador Daniel Patrick Moynihan de los Principios Rectores destacando que: "un estilo oficial debe ser evitado", y que" los nuevos edificios deben reflejar su tiempo. El diseño debe partir de la profesión arquitectónica al gobierno y no al revés."

El diseño no debe fluir desde Record, ni de AIA, ni de Justin Shubow. No hay herejía en la arquitectura, porque la arquitectura no tiene Canon: solo una presunta declaración de "correcto" e "incorrecto". La arquitectura es juzgada por la sociedad que la habita. Ya sea en el Registro Arquitectónico, en el Instituto Americano de Arquitectos o en el Comité del Presidente para el Re-Embellecimiento de la Arquitectura Federal, no hay una forma única y verdadera, no hay ninguna Iglesia de la Arquitectura.

Memorial a los veteranos de Vietnam, vía Wikimedia Commons (CC BY-SA 4.0)

Sin embargo, hay una verdad inevitable en lo que los humanos encuentran hermoso. Es subjetivo y altamente idiosincrásico, pero inefable. Si el Movimiento Moderno o la arquitectura tradicional fueran malvados, ninguno de nosotros se rompería completamente cuando caminaran a lo largo del muro de veteranos de Vietnam y subieran los escalones cercanos del Lincoln Memorial en Washington DC. La tragedia de la guerra y la muerte está profundamente arraigada a ambos, todos lo sienten, no porque la arquitectura lo "evoque", sino porque esa arquitectura canaliza la realidad humana de la guerra.

No hay guerra en la arquitectura, pero debe haber significado y belleza. Dictar los términos de belleza, sancionar un estilo, es la esencia del autoritarismo.

Sobre este autor/a
Cita: Dickinson, Duo. "La locura de un estilo arquitectónico vetado por el gobierno de Estados Unidos" [The Insanity of a State Sanctioned Style for Architecture] 24 feb 2020. ArchDaily en Español. (Trad. Arellano, Mónica) Accedido el . <https://www.archdaily.cl/cl/934187/sobre-la-locura-de-un-estilo-arquitectonico-vetado-por-el-gobierno-de-estados-unidos> ISSN 0719-8914

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