Eduardo Souza

Editor Senior de Brands & Materials en ArchDaily. Arquitecto y máster por la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC).

EXPLORA AQUÍ LOS ARTÍCULOS DE ESTE AUTOR

Revestimientos cerámicos con textura: 3 formas de incorporarlos a interiores

Piezas de porcelanato han sido hábilmente elaboradas en todo el mundo durante siglos, siendo ampliamente utilizadas en suelos, paredes, escaleras e incluso encimeras. Este material, derivado de arcilla fina y sometido a altas temperaturas, es reconocido por su estética refinada, facilidad de mantenimiento y baja absorción de agua. Su notable versatilidad y durabilidad lo distinguen, convirtiéndolo en una elección destacada para diversas aplicaciones. En su proceso de fabricación, tras la fase de secado, las piezas se abren a infinitas posibilidades de impresiones y patrones gracias a la tecnología de chorro de tinta láser, permitiendo alcanzar los efectos deseados en cuanto a color y textura. Este enfoque tecnológico no solo refuerza la calidad del producto, sino que también añade una dimensión creativa a la aplicación de estas piezas de porcelanato en entornos diversos.

Mucho más allá de las modas temporales, los revestimientos de porcelanato con texturas se han destacado como una forma efectiva de transformar los interiores. Estos pueden ser empleados en paredes específicas para destacar, creando puntos focales que realzan la decoración, permiten aumentar la luminosidad y el movimiento en los espacios gracias a sus facetas tridimensionales, y pueden combinarse con accesorios y elementos para romper con la paleta cromática dominante.

De la madera natural a la estética carbonizada: 5 ejemplos de cabañas integradas a la naturaleza

 | Artículo Patrocinado

La habilidad de camuflarse y mimetizarse juega un papel crucial en la naturaleza y se manifiesta en especies de insectos, animales marinos y terrestres. Esto les permite protegerse de depredadores o acercarse a presas sin ser detectados. Este principio trasciende al mundo natural y encuentra expresión en la indumentaria, los vehículos y algunos ejemplos de la arquitectura moderna y contemporánea, que buscan mimetizarse con el paisaje. En este caso, al evitar destacarse del entorno, los edificios buscan convertirse en una parte orgánica de su entorno, integrándose armoniosamente con los alrededores. Ejemplos hay muchos, como el Museo de la Cultura Paracas, cuyo color rojo natural se mimetiza con las montañas cercanas, o el Parque Natural del Fuego, cuyo exterior oscuro se fusiona con el paisaje volcánico de la Isla de Cabo Verde. La fusión entre materiales, formas y técnicas constructivas permite la creación de estructuras que se mezclan con el entorno circundante, reduciendo el impacto visual.

La evolución de la industria de la construcción: el futuro de la tecnología con Autodesk

“En solo una generación, hemos pasado del lápiz a la Inteligencia Artificial.” Esta frase de Knut Ramstad, de Nordic Office of Architecture en este video, resume los cambios sísmicos que hemos presenciado en la forma en que desarrollamos nuestros proyectos durante las últimas décadas, lo que ha traído mayor eficiencia, posibilidades de visualización y comprensión, así como el análisis expreso de variables de diseño. Las arquitecturas se han vuelto más complejas, con más variables, muchas nuevas demandas y exigencias, y los plazos no se están reduciendo. En este paisaje en constante evolución de la industria de la arquitectura, ingeniería y construcción (AEC), los avances tecnológicos han desencadenado un cambio radical en el enfoque de los profesionales para concebir, planificar y ejecutar proyectos, ampliando un abanico de oportunidades y destacando el poder transformador de los datos como un recurso esencial. Esta transformación puede catalizar la eficiencia y sostenibilidad de la industria, con un enfoque crucial en la reducción de la huella de carbono y la minimización de la generación de residuos.

Vivir en el simbioceno: Explorando el potencial de los bloques de micelio para la arquitectura sostenible

El período geológico en el que actualmente habitamos se conoce como el Antropoceno, definido por el impacto humano sustancial en los ecosistemas y la geología de la Tierra. En contraste, el Symbioceno, un término acuñado por el filósofo y ambientalista australiano Glenn Albrecht, presenta una visión del futuro caracterizada por una relación positiva y simbiótica entre los seres humanos y el mundo natural. En la era del Symbioceno, los seres humanos colaboran activamente con la naturaleza, reconociendo su interdependencia con los ecosistemas de la Tierra y esforzándose por regenerar y restaurar el medio ambiente natural, creando así un mundo más armonioso y sostenible.