Frédéric Rossano

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Por qué los paisajes diseñados para inundarse son ambientalmente más saludables

Terminológicamente, un "paisaje inundado” podría ser visto como una contradicción. En una inundación, el agua se extiende por donde sea que la gravedad la lleve, cubriendo y ocultando la topografía original del sector con una manto oscuro, gris y uniforme. En ese sentido, las inundaciones son amorfas y pueden distorsionar o borrar temporalmente las formas y características del terreno visible, nada que pueda describirse como un paisaje o un escenario articulado y significativo.

Pero cuando los límites de una inundación dejan de estar definidos únicamente por la cantidad y la velocidad del agua y comienzan a intervenir otros aspectos como el relieve del terreno o estructuras cuidadosamente diseñadas y ubicadas as para influir y dar forma al "desastre", el resultado puede convertirse en un paisaje, física y culturalmente definido por la inundación.