Es difícil comenzar cualquier texto retrospectivo sobre el 2020 sin caer en clichés. Este año nos ha enseñado, con todas sus dificultades, que la humanidad puede ser más frágil de lo que imaginamos. Por otro lado, los edificios están compuestos por materiales que tienen ciertos pesos, olores, texturas y costos, y que dependen de los recursos naturales, los procesos de producción, la mano de obra, el transporte, y muchos otros factores. Aún es demasiado pronto para decir cómo la crisis provocada por el COVID cambiará el mundo y, más concretamente, la arquitectura. Sin embargo, ¿habrá cambiado nuestra percepción sobre lo que es una buena arquitectura? ¿o cambió nuestra relación con la tectónica de las construcciones?
Ir más allá de la escala humana no es una novedad. Durante siglos, constructores, ingenieros y arquitectos han estado creando edificios monumentales para marcar la espiritualidad o el poder político. Los palacios, los edificios gubernamentales o los templos más grandes que la vida siempre han atraído la admiración y la reverencia de la gente, alimentando la obsesión aún no completamente comprensible con las construcciones a gran escala.
Hoy en día, algunas de las estructuras más grandes e impresionantes se relacionan menos con funciones religiosas o gubernamentales y parecen orientarse hacia programas más culturales. Sin embargo, lo más importante es que las grandiosas obras de hoy son, en general y abiertamente, una imitación de la naturaleza.
Los países parte del Sur Global han atravesado durante los últimos años infinidades de transformaciones en sus ciudades y contextos urbanos debido a los desafíos económicos y sociales que en ellos se enfrentan. El crecimiento urbano, el desarrollo sustentable, la calidad de vida y de salud en las ciudades emergentes, y el desarrollo de una identidad cultural propia han sido factores que la arquitectura local tuvo que incorporar.
Son jóvenes arquitectos y arquitectas que han entendido la importancia de hacer una arquitectura arraigada al territorio en donde se encuentran dándole a la misma una identidad propia local. Esta generación ha desarrollado nuevas tipologías, haciendo uso de recursos y materiales propios con soluciones innovadoras, específicas y sobre todo, con una mirada nueva hacia lo que los representa como creadores de esta arquitectura.
Después de un desastre natural la arquitectura desempeña un papel fundamental. No sólo en la reconstrucción de la infraestructura, sino también en dar respuesta a la necesidades de comodidad y seguridad para los afectados. Para que un proyecto sea exitoso posterior a un desastre natural, se deben satisfacer tanto la necesidad a corto plazo como las necesidades a largo plazo de reconstrucción y estabilidad.
A continuación, verás 10 ejemplos de arquitectura post-desastre, desde propuestas de bajo costo a corto plazo, hasta aquellas que reconstruyen comunidades enteras desde cero:
The Royal Academy ha revelado a los finalistas del Dorfman Award, galardón anual que reconoce a los jóvenes talentos en arquitectura. El premio se otorga a aquellos "que vuelven a imaginar el futuro de la arquitectura y cuyo trabajo demuestra un alto grado de sensibilidad al contexto local y global".
Los colegios son establecimientos de alta complejidad de diseño para los arquitectos. Normalmente porque deben albergar una gran diversidad de programas y porque además, deben considerar áreas libres para juegos y actividades de esparcimiento. Pero más allá de su tamaño o superficie, el desafío está en generar espacios educativos que afecten positivamente el escenario pedagógico de los niños. Para que tengas nuevas ideas, hemos realizado una selección de 70 colegios con sus planimetrías.