Más allá de la estética, los techos suspendidos entregan una oportunidad para el diseño creativo y la integración técnica. Desempeñan un papel clave en la configuración de espacios interiores y agregan valor al agregar confort a través de la acústica, los acabados y otras soluciones integradas a la intención general de cada proyecto.
En la protección pasiva contra incendios, el cielo raso se considera un revestimiento más, junto a las estructuras de soporte, fijaciones y otros materiales de aislamiento. Habitualmente se comete el error de no considerarlo como un elemento estructural, sino como una superficie que oculta la parte inferior de la estructura del techo o el piso de una planta superior.
El cielo raso puede anclarse directamente a un elemento estructural, suspenderse desde el techo o ser autoportante, y contribuye a la compartimentación horizontal de una habitación en específico. Sin embargo, este elemento horizontal es extremadamente importante porque evita la propagación del fuego y los gases calientes de un piso a otro, dando tiempo a las personas ubicadas en la parte más alta de un edificio –el más peligroso en caso de incendio–, para escapar de forma segura.
Los sistemas de cielo raso ofrecen efectivas soluciones para la construcción en seco, cumpliendo diversos requerimientos en distintas áreas de aplicación.
Compuestos de planchas de yeso cartón, los cielos rasos son usados tanto en proyectos de construcciones nuevas como en remodelaciones, y ofrecen la posibilidad de crear diseños únicos con soluciones y molduras especiales. Al mismo tiempo, pueden entregar distintas performances según los requerimientos del proyecto, pudiendo incluso proporcionar el espacio suficiente para la ubicación de cañerías y otras pasadas de instalaciones, o revestir la losa existente y entregar protección contra incendios.