Las catedrales góticas de la edad medieval han sido largamente estimadas como sitios de experimentación estructural y significado arquitectónica. Esperando acercarse a Dios, los maestros canteros de la época tomaron riesgos estructurales cada vez más audaces, lo que derivó en algunos edificios notablemente resistentes que no son sólo espacios atemporales para el culto, sino también milagrosos hechos de la ingeniería. Sin embargo, según una nueva investigación [pdf, inglés] realizada por un equipo de arqueólogos y científicos franceses, todavía no hemos estado dando el suficiente crédito a estos históricos constructores.
Aunque los componentes de hierro están presentes en diversos edificios góticos, a menudo los lazos estructurales para estabilizar los contrafuertes de piedra, se suponía que estos fueron añadidos posteriormente para apuntalar estructuras precarias. Sin embargo, gracias a una altamente sofisticada técnica de datación por carbono, el equipo del Laboratoire archéomatériaux et prévision de l'altération, el Laboratoire de mesure du carbone 14 y"Histoire des pouvoirs, savoirs et sociétés" de la Université Paris 8 han demostrado que los accesorios de hierro fueron una parte integral de las técnicas de construcción de catedrales desde fines del siglo XII, lo que significa que muchos edificios de la época fueron esencialmente sistemas estructurales híbridos.
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